Andrés Rieznik es argentino. Nació en 1976 y nunca supo qué hacer de su vida. La duda todavía lo persigue. Las circunstancias lo hicieron doctor en Física. Y es mago. Y divulgador científico. Y le gusta bailar tango. Y jugar al fútbol. E ir al gimnasio. Pero a la vez siempre siente que el que mucho abarca poco aprieta, y eso, a veces, lo entristece.
No le gusta demasiado la palabra "ciencia". Prefiere hablar de pensamiento honesto y abierto, sin dogmatismos. Aquel que no acepta la tradición, la autoridad ni la revelación personal como argumentos.
Fundó, junto a su hermano Martín y Miguel Tabascheck, la primera empresa latinoamericana dedicada al estudio y la enseñanza de la seducción entre seres humanos. Protagoniza desde 2012 el espectáculo "Matemagia" en Tecnópolis, una rara combinación de matemática y arte escénico. Y desde 2011 lidera, junto a Mariano Sigman, el estudio del ilusionismo como forma de entendimiento de la mente humana. Sin embargo, no cree haber aplicado la ciencia ni la seducción al ilusionismo, sino que observó estos fenómenos de la forma más abierta, desprejuiciada y honesta que pudo.
Sus decenas de artículos científicos sobre redes de fibra óptica y propagación de la luz revelan su verdadera especialidad, aquella que lo hizo doctor e investigador del Conicet: óptica aplicada a las comunicaciones. Actualmente trabaja en la empresa argentina Arsat (Empresa Argentina de Soluciones Satelitales), en esa área.