Rebelde. Soltera. Incorregible. La reputación de Catriona Mackenzie era bien conocida allá por donde iba. Su difunta tía Zelda le había enseñado a decir lo que pensaba, y eso fue lo que hizo Catriona cuando el legado de Zelda, un refugio para mujeres, se vio en peligro. Su cometido la llevó a cruzarse en el camino del misterioso e inquietante Hamlin Graham, duque de Montrose, y pronto conoció los rumores que corrían sobre él.
Hamlin, rodeado de secretos y mentiras, tenía que soportar el miedo y la desconfianza de aquellos que lo creían un asesino. La repentina desaparición de su esposa y la verdad que debía callar ponían en peligro sus posibilidades de conseguir un deseado escaño en el Parlamento. Sin embargo, siguió guardando sus secretos hasta que apareció en su vida una mujer de ojos brillantes y férrea determinación. Aunque las graves acusaciones que pesaban sobre él pudieran acarrearle la ruina, su verdadera perdición podía ser aquella pasión desenfrenada.