Benito Pérez Galdós (Las Palmas, 1843 - Madrid, 1920) fue el mayor narrador de su época y el principal transformador de la novela moderna, a la que rescató de la melancolía romántica y de las estrecheces del realismo castizo. En la estela de Miguel de Cervantes, Galdós supo reflejar el tiempo que le tocó vivir con una escritura crítica y expresiva. Buen conocedor de las literaturas inglesa y francesa, adaptó a sus propios intereses y estilo las innovaciones narrativas de autores como Dickens y Balzac. Entre su extensa producción destacan títulos como Fortunata y Jacinta (1887), Miau (1888), Tristana (1892), Misericordia (1897) y los cuarenta y seis volúmenes de los Episodios Nacionales, ambicioso proyecto que arranca con Trafalgar (1884) y concluye con Cánovas (1912). Viajero impenitente, recorrió gran parte de Europa y, en septiembre de 1889, se trasladó a Stratford-on-Avon para visitar la casa de su admirado Shakespeare. Elegido diputado en Cortes, su participación parlamentaria fue escasa. En dos ocasiones (1905 y 1912) fue nominado al Premio Nobel de Literatura, aunque ambas candidaturas no contaron con el apoyo de las instituciones culturales del momento.