Un anillo de compromiso y una proposición de matrimonio era la última opción.
Trinity Forrester, directora de mercadotecnia, necesitaba publicidad. Logan McLaughlin, dueño de un equipo de béisbol, necesitaba vender entradas. El plan era sencillo: fingir un idilio para conseguir que los medios de comunicación hablaran de ellos. Muy pronto sus besos fingidos les llevaron a un sexo explosivo, lejos de las cámaras.
Trinity sabía que la aventura acabaría cuando las cámaras dejaran de grabar. Pero cuando su falso idilio se tradujo en un embarazo de verdad, qué elegiría la pareja que no quería involucrarse emocionalmente: éxito profesional o casarse?