Jake McGuire había conseguido su éxito a base de esfuerzo, acumulando una impresionante fortuna que incluía ranchos y un jet privado. Sin embargo, su acomodada existencia se vio amenazada por la última mujer que debería desear. Conocía a Ida Merridan solo por su reputación, pero lo que había oído sobre ella era más que suficiente para mantenerla a distancia. Hasta que sus caminos se cruzaron de manera inevitable. Entonces Jake descubrió la verdad que Ida ocultaba y se sintió incapaz de renunciar a ella.
Ida, casada dos veces y económicamente independiente, no había hecho nada para merecer su mala fama, salvo quizás elegir a los maridos equivocados. Vivía en un pueblo apartado, y después de todo lo que la vida le había deparado no tenía prisa por cometer más errores o ser objeto de compasión ajena. El hecho de ser rescatada por Jake trastocó sus planes de vivir en soledad, y un beso abrasador la arrastró a una nueva vorágine de deseo. Aunque su turbulento pasado aún la perseguía, Jake estaba dispuesto a demostrarle que todavía quedaban héroes en el Oeste.