Tras escapar milagrosamente de la muerte, Malcolm Sinclair hizo desaparecer al infame hombre que había sido para reinventarse como Thomas Glendower. Su intención era intentar corregir los errores de su pasado. Sin embargo, jamás imaginó que la penitencia fuera a llegar a través de la misteriosa dama a la que había descubierto habitando en su aislada mansión. Rose tenía una explicación lógica para su presencia, junto con sus hijos, en la casa de Thomas, pero enseguida se dio cuenta de que ese hombre era demasiado inteligente para que alguien pudiera engañarlo. Revelarle la verdad sería tremendamente peligroso. Sin embargo, día a día, él consiguió ganarse su confianza, y luego su corazón. Pero los enemigos se acercaban y Rose no tuvo más remedio que acudir a Thomas, el único hombre que podría protegerla a ella y a sus hijos. Y, al pedirle su ayuda, Thomas al fin comprendió el verdadero propósito de su propia vida y, con absoluta entrega, se dispuso a hallar su redención de la única manera que podía: viviendo la realidad de amar a Rose.