Él es salvaje, impredecible. . . ¡imposible de controlar!
El famoso músico JD Johnson siempre ha tenido la habilidad de excitar a Susannah Banner. Le basta con hablarle al oído con su acento sureño para hacerla jadear. . .
Pero los excesos de JD son cada vez más fuertes, así que Susannah huye de Misisipi y se instala en Nueva York.
Ocho meses después, JD muere en una terrible explosión.
Rota de dolor, Susannah se siente perdida. . . hasta la hora de irse a la cama, cuando se encuentra acostándose apasionadamente con un hombre que se parece demasiado a su fallecido marido. Se ha vuelto loca o se está acostando con el fantasma de JD?